Riquísimas croquetas de calabaza y queso (sin gluten)
120 Minutos | 12 Croquetas | Fácil
¿Sabías que puedes preparar unas croquetas riquísimas sin necesidad de emplear bechamel? Pues así es. Estas croquetas de calabaza no solo son riquísimas y fáciles de preparar, si no además muy nutritivas. ¡No pierdas detalle!
Reconozco que soy poco de freír. Creo que gracias a ello sigo cabiendo en la ropa. ¡Pero hay que ver lo que me gusta las croquetas!
Así que cuando me animo por fín a freír, suelo comer tantas que termino casi con empacho. En realidad me pasa con casi todos los fritos, que aunque los tomo muy raramente, los disfruto mucho cuando los como.
Si eres de los míos y buscas más recetas sencillas de entrantes o aperitos fritos, no te pierdas mi receta de buñuelos de yuca, ni mi masa de empanadillas sin gluten con descartes de masa madre.
Las croquetas de calabaza las descubrí hace años, mientras buscaba formas de cocinar una calabaza. En España nunca la llegué a preparar, y al llegar a Berlin, y verlas en temporada por todas partes me animé poco poco a compralas.
Y qué suerte, porque ahora me encanta la calabaza. Muestra de ello son las numerosas recetas que ya he compartido contigo: estos gnocchi de calabaza sin gluten, o estas arepas de calabaza, sin olvidar esta riquísimas ensalada de calabaza asada, rúcola y queso feta.
Mi receta de croquetas de calabaza y queso sin gluten
Comparé como siempre varias recetas, y al final las hice un poco a mi manera. Y de hecho cuando las preparo, la varío un poco según lo que tenga en la despensa. Te animo a que hagas lo mismo.
En esta ocasión he empleado calabaza cacahuete o violín, pero puedes emplear la que prefieras.
En cuanto a la forma de cocina la calabaza, algunas recetas de croquetas de calabaza la emplean cocida, pero yo encuentro que la calabaza asada tiene mejor sabor. Además tiene menos agua, con lo que mejora la consistencia de las croquetas.
En cuanto al queso, emplea el que más te guste. Lo bueno que tiene el gouda es que funde que es una maravilla.
En cuanto a las pipas de la calabaza, es bastante habitual desechalas, pero puedes tostarlas y tendrás un aperitivo rico y nutritivo.
Cómo preparar estas croquetas de calabaza y queso sin gluten
necesitas
Para 12 croquetas
500 gr. de calabaza
1 cebolla mediana o 2 pequeñas
2 dientes de ajo
100 gr. de queso rallado
100 gr. de queso gouda cortado en dados
Sal y pimienta al gusto
1 huevo
Pan rallado sin gluten
Aceite para freir
Pasos a seguir
Comienza asando la calabaza: córtala en rodajas de unos 2 o 3 centímetros de grosor. Quita las semillas con una cuchara, y si algún trozo es demasiado grande, córtalo por la mitad (pasando por el centro) para que se ase mejor.
Coloca sobre una bandeja de horno y hornea a 180°C unos 45 minutos o hasta que la calabaza esté tierna.
Nota: no es imprescindible que el horno esté caliente cuando introduces la calabaza. Puedes introducirla con el horno frío y también apagar éste cuando la calabaza esté casi hecha para aprovechar mejor la energía.
Una vez que esté tierna, saca del horno y deja enfriar hasta que puedas manipularla sin quemarte.
Con ayuda de una cuchara retira la piel, que saldrá fácilmente.
Ahora corta la cebolla en trozos pequeños. Pica también el ajo.
Calienta en una sartén 2 o 3 cucharadas de aceite y pocha la cebolla a fuego medio hasta que esté tierna y transparente.
Añade la calabaza y cocina unos 5 minutos a fuego medio mientras la aplastas con la espumadera. Ve mezclando bien con la cebolla.
Añade el ajo, sal y pimienta al gusto y sigue removiendo unos minutos más.
Apaga el fuego y deja templar un poco. Añade el queso rallado y remueve hasta que se mezcle bien. Coloca en un plato o fuente y deja enfriar, primero sobre la encimera y después en el frigorífico. Puedes dejar enfriar unas horas o de un día para otro, esto volverá la masa más firme.
Cuando la masa haya reposado suficientemente, bate el huevo, coloca el pan rallado en un plato, y corda el queso en dados. De estas cantidades salen unas 12 croquetas, así que divide el queso en 12 dados.
Toma una cucharada de masa, haz un orificio en el centro, coloca un dado de queso y envuelve. Dale forma ovalada.
Para agilizar el proceso, puedes dar forma a todas las croquetas antes de pasar a empanarlas.
Una vez formadas las croquetas, pasalas una a una por el huevo batido y después por el pan rallado.
Termina de darles forma y deja sobre un plato con distancia suficente para que se sequen.
Una vez las tengas hechas, calienta aceite a fuego medio-alto en una sartén o cazo. Conviene que tenga al menos 2 o 3 centímetros de altura para que cubre al menos la mitad de las croquetas.
Una vez caliente (puedes probar la temperatura del aceite introduciendo un palillo y si este burbujea, está listo) ve introduciendo las croquetas con cuidado.
Fríe a fuego medio-alto, hasta que se doren de un lado. Da la vuelta, y cuando estén doradas por los dos lados, retira a un plato cubierto con papel absorbente.
Sirve calientes (y procura no comertelas todas antes de que lleguen al plato), y a disfrutar. ¡Buen provecho!